América del Norte, América Central, Caribe y América del Sur
América Anglosajona y América Latina
Un continente de contrastes
América es un continente de contrastes que se evidencian en la historia, en el medio natural,
en la población y su calidad de vida y en el desarrollo económico.
Desde un punto de vista histórico, América anglosajona fue colonizada principalmente por
ingleses, en tanto que América latina lo fue por españoles y portugueses. Cada uno de estos
pueblos hizo distintos aportes culturales en relación con el idioma, la religión, la estructura de
la sociedad, la organización jurídica, etc. Los ingleses se desplazaban con sus respectivas familias
y por ello no se mestizaron con aborígenes y negras; en cambio, los españoles y los portugueses
venían solos y se mezclaron con las distintas etnias.
El sistema anglosajón de colonización era metódico y de poblamiento por frentes continuos.
Localizada en latitudes medias, dividieron las tierras que roturaban y cultivaban. Establecieron
colonias agrícolas y construyeron puertos.
En cambio, el sistema español era urbano y administrativo y fue llevado a cabo, principalmente,
por los soldados y los sacerdotes. Privilegiaron la fundación de ciudades que organizaban política
y económicamente las áreas circundantes. El fin principal fue la posesión de puntos estratégicos,
con respecto a la comunicación, y de regiones de producción de metales preciosos como el
oro y la plata. Localizada principalmente entre los trópicos, fue una colonización cuya organización
se basó en una red de establecimientos dispersos.
Desde un punto de vista físico, América presenta variedad de 'paisajes debido a la combinación
de sus características geológicas, climáticas y biológicas. Se aprecian desde elevadas cordilleras
hasta extensas llanuras, temperaturas extremas y biomas variados como la tundra, el del
desierto, la selva y la estepa, entre otros. Esta diversidad biológica constituye un gran potencial
económico.
América presenta, también, profundos desequilibrios en la ocupación del territorio visualizados en una desigual distribución de sus habitantes. Las áreas con fuerte concentración
de población y alta densidad demográfica contrastan con las zonas escasamente pobladas.
Por un lado, se encuentran los vacíos demográficos, es decir, aquellas áreas que no cuentan
con buenas condiciones para el asentamiento del hombre y presentan bajas densidades poblacionales.
Entre ellas se destacan el Ártico americano por las bajas temperaturas, la Amazonia
por las altas temperaturas y la excesiva humedad, los desiertos del Oeste de los Estados
Unidos y la diagonal árida de América del Sur por la escasez de agua y las grandes cordilleras.
Por otro lado sobresalen las áreas intensamente ocupadas como la megalópolis atlántica del
nordeste de los Estados Unidos y el área industrial de los Grandes Lagos.
En América latina, la meseta central de México, el corredor industrial
del Brasil desde Río de ]aneiro hasta San Pablo yel frente industrial argentino desde San Lorenzo
(Santa Fe) hasta La Plata (Buenos Aires) constituyen las áreas con la mejor comunicación, infraestructura y servicios.
También existen profundas desigualdades en la estructura y el desarrollo económico.
La Revolución Industrial repercutió más rápido en América anglosajona que en América latina,
por disponer de ricos yacimientos de hierro y de carbón, entre otras causas. En la actualidad,
América anglosajona posee alto desarrollo industrial y tecnológico y una economía
dinámica basada en la exportación de productos de alto valor agregado. En cambio, la economía
de América latina está organizada en torno a la producción y la exportación de materias
primas, cuyos precios están cada vez más bajos en los mercados internacionales en relación
con los de los productos industriales. Este hecho no favoreció el despegue económico
y generó abultadas deudas externas que mantienen a muchos países en una dependencia financiera.
La calidad de vida también presenta notorias diferencias dentro de América. América anglosajona
posee una elevada calidad de vida y un gran bienestar económico que llega a la mayoría
de sus habitantes. Invierten ingentes recursos para sostener un sistema educativo excelente
en todos los niveles y con una oferta educativa generalizada. Asimismo, el sistema de salud
y la obtención de un empleo 'son accesibles a casi toda la población. También cuenta con
equipamiento en infraestructura para el transporte y las comunicaciones, la provisión de energía, el abastecimiento de agua, el saneamiento y la recolección y la eliminación de residuos. Igualmente también presenta problemas como el deterioro del ambiente urbano y las minoría urbanas, como las de la población hispana o negra, que viven en condiciones de pobreza.
En cambio, la mayor parte de la población de América latina se enfrenta a condiciones de pobreza con
un alto índice de desocupación, escasez de viviendas adecuadas, falta de infraestructura sanitaria y altos
índices de analfabetismo. Solo un reducido porcentaje de sus habitantes disfruta de una alta calidad de
vida. A esto se suma un elevado y sostenido crecimiento de la población originando un círculo vicioso:
cada vez hay mayor población y cada vez hay mayor pobreza. América anglosajona pudo regular su crecimiento demográfico estableciendo incluso rígidos cupos a la inmigración. Es por ello que sus
montos poblacionales no son motivo de preocupación.
Estas disparidades entre las situaciones económicas de las distintas Américas se expresan
vívidamente en las migraciones de población. La mano de obra disponible migra a otras tierras
en procura de un bienestar que le niega su propio país.
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